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Recableado

Cómo ajustar nuestro sistema de creencias para tener una vida más saludable.

Para aquellos que han escuchado hablar de la serie The WalKing Dead (si no saben de qué hablo son de otro planeta), haré una pequeña reseña”: sí, hay zombies, pero no se trata de una serie de zombies nomás, sino de una historia que remite a una posible (o no) reconstrucción del mundo a partir de una situación apocalíptica. Mucho no sabemos de qué se trata hasta bien entrada la serie, y en ese momento ya no nos interesa. Empieza con el protagonista Rick Grimes, un querible policía bueno que se despierta en la cama de un hospital. Había sido herido en un enfrentamiento, lo intervienen, pero cuando se despierta el mundo ya no es el mismo. El contexto es un escenario distópico, gente muerta, el hospital estaba destruido, como si hubiera ocurrido allí una batalla. Logra escaparse, y en camisolín, corriendo por la calle, se va encontrando con situaciones inconcebibles, como media persona (literal, le faltaba el cuerpo de la cintura para abajo) reptando, mientras le gruñía amenazante. No entiende nada. Finalmente se encuentra con su familia, etc. No es mi intención contar la serie, pueden verla por Netflix (las primeras seis temporadas son increíbles, los personajes son entrañables), pero después de algunos capítulos nos damos cuenta de que los zombies son parte del decorado. Criaturas que si se te acercan te comen, si, pero que son lentas, fáciles de matar y de reducir (salvo que vengan en horda. Pero una horda de cualquier cosa puede matarte también). En fin, el problema, la trama, está con los vivos: cómo hacer para reconstruir el mundo.

Hecha la introducción, me voy al capitulo 13 de la temporada 6: The same Boat o, como se tradujo, Del mismo lado. En ella, dos de los personajes protagónicos son atrapadas por el bando contrario (los malos?). Ellas son Megan y Carol, Megan embarazada (podríamos hacer un extensísimo análisis de esto, pero me extendería mucho si me meto con eso). Quien las atrapa es Paula, miembro del grupo “los Salvadores”, liderado por el perverso Negan. Paula, asesina despiadada si las hay, las reduce, las ata, las separa y se queda con Carol. Transcríbo el diálogo, no tiene desperdicio.

Paula: Eres débil. ¿A qué le tienes tanto miedo? Antes era secretaria. Le traía café a mi jefe y lo hacía sentir bien. Yo pasaba todo el día leyendo estúpidos emails inspiradores para ver si podía sentirme mejor. Hay uno que me sigue dando vueltas en la cabeza: Había un joven que se sentía muy mal. Un día le contó a su madre que ya no daba más, que se había rendido, así que ella va a la cocina y pone a hervir tres ollas con agua. En una pone una zanahoria, en la otra un huevo y en la otra granos de café. Al cabo de un rato le dijo: “hay tres cosas que pasaron por el mismo proceso y por la misma agua. La zanahoria entró dura y salió suave y blanda. El huevo entró frágil y ahora es duro. Pero los granos de café modificaron el agua misma”. 

Se suponía que todos querríamos ser granos de café, pero para mí el café era algo que mi jefe tomaba, no importaba cuántas veces llenara su taza, nunca era suficiente.

Estaba en el trabajo cuando el ejército entró tomó DC (hace referencia a la Capital de los EEUU, el DC, District of Columbia, es donde están los edificios más icónicos del gobierno federal: el Capitolio, la Casa Blanca y la Corte Suprema), no nos dejaban salir. Tuvieron que evacuar primero a las personas importantes, miembros del congreso, empleados del gobierno… y yo quedé atascada con mi jefe, no con mi marido o mis cuatro hijas. Mi jefe era estúpido y débil, iba a morir y quería arrastrarme con él. Fue la primera persona que maté para salvarme. Dejé de contar (a sus asesinados) cuando pasaron los dos dígitos. Ahí empecé a sentirme mejor.

Por su parte, aunque Paula no lo sabía, Carol había pasado por una situación similar: antes del apocalipsis, ella estaba casada con un tipo que le pegaba, la maltrataba a más no poder. Ella era una ama de casa sumisa. No tenía confianza en sí misma, sólo vivía para cuidar a su pequeña hija a quien le debía devoción. Cuando se vino el fin del mundo, una de las primeras víctimas fue su marido (todos suspiramos) y ella se fue reinventando. Finalmente, su pequeña hija desaparece para finalmente ser encontrada convertida en zombie. El peor final esperado (la escena fue una de las más desgarradoras) Carol es uno de los personajes más importantes de la serie y de la historia. Y el título de ese capítulo podría responder a eso: tanto Paula como Carol son un producto de su propia reinvención, a pesar de haber tomado caminos diferentes. 

Y de esto queríamos hablar. Todos tenemos nuestro sistema de creencia, algo así como nuestra propia cosmogonía. Es a través de esa intrincada red que cada uno de nosotros actúa, se mueve en el mundo. Así como cada una de las 8 casas de la serie Game of Thrones tiene su propio estandarte (tantas veces escuchamos a Tiryon decir “Un Lannister siempre paga sus deudas”), cada uno de nosotros está, digamos definido por nuestras creencias. Las hay unoversales, o al menos que responden a convenciones (los mandamientos, los códigos, las leyes), tan necesarios para vivir en sociedad, y las hay personales. Nos vamos acercando al tema.

Son nuestras creencias personales las que pueden convertirse en un problema. Ilustremos con un ejemplo: si Laura cree que todos los hombres la van a traicionar, va a vivir sus relaciones con mucha angustia y tensión. Un día quien sea su pareja le va a decir que se va a jugar al futbol con sus compañeros de trabajo y ella lo va a pasar fulero. Puede pasar que haga todo lo posible porque no vaya, para evitar su sufrimiento, o que le pida que le mande fotos, mensajes y su ubicación, ya que estamos, cada 10 minutos, para asegurarse de que lo tiene controlado, si es que no logra acoplarse al plan. También puede pasar que Nicolas crea que ninguna persona lo va a querer porque nadie quiere a personas como él (sea lo que sea que eso signifique), entonces actúa en consecuencia: o no intenta nunca tener una relación, y evitar así el malestar que le genera la idea de ser rechazado, o utiliza esa fantasía como carta de presentación y él mismo provoca que suceda. Ambos desenlaces confirman su teoría. Cuando un creencia se posiciona como un obstáculo para llegar a tener una vida decente, es momento de trabajar sobre ello. 

Miremos a paula y a Carol. Ambas, antes del apocalipsis, actuaban según sus sistemas de creencias. Paula sirviéndole café al estúpido del jefe, fantaseando con sentirse un poco mejor mientras lee mensajes motivadores, y Carol, esposa y madre devota, resignando su deseo porque, bueno, es lo que le había tocado, cagada de miedo. Ambas dos, por el motivo que fuera, nos enseñaron cuan peligroso podemos volvernos para nosotros mismos si no somos capaces de ser conscientes de que nuestras creencias solo son eso. Creencias. 

Muchos años atrás estaba en una jornada sobre un tipo de dispositivo psicoterapéutico. Todo lo que ahí pasaba me parecía un horror. Hubo un break para comer algo y por la tarde siguió siendo una cosa peor que la otra. Cuando finalmente le contaba a una amiga mi experiencia, relatándole lo malo que había sido todo, me preguntó por qué me había quedado. Fue una epifanía, un zaz en toda la boca: me había quedado porque seguía sujeta a la creencia de que no había que dejar nada, nunca. ¡Tal era así que me fumé películas horribles, libros que me parecían aburridos, fiestas hasta el final de las que me hubiera ido de buena gana, citas que estaban destinadas al fracaso, hasta los platos de comida!

Hace menos tiempo, en una sesión con M, estábamos haciendo un ejercicio para lo cual tenía que tirarse al piso. Cuando el ejercicio terminó, al levantarse, sin querer movió una mesa en la que había un vaso de agua. Ambos, mesa y vaso cayeron al piso, pero ninguno se rompió. M. sorprendida, dijo  “hubiera jurado que el vaso iba a romperse”. Todo el ejercicio tuvo éxito gracias a eso. A partir de entonces fue que pudo poner en dudas sus creencias y, por tanto, actuar de otra manera mucho más compatible con el bienestar que habia venido a buscar.

Todo muy lindo pero de sencillo no tiene nada. Cambiar un sistema de creencias es algo así como echar por tierra todo lo que somos y empezar de cero. No way. Ni siquiera hace falta. Sólo con hacer pequeños ajustes, un recableado donde haga falta es suficiente.


Julio de 2020

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